
lunes, 19 de septiembre de 2011
Run, run, run...

lunes, 5 de septiembre de 2011
Perú

Unas pocas negociaciones para contratar la entrada al Valle Sagrado nos hacen coger el autobús al día siguiente y recorrer los primeros pueblos, abandonando "el ombligo del mundo" (como es conocido Cuzco en quechua).
Los primeros paisajes asoman a la ventanilla. Pisac y sus ruinas incas nos dan la bienvenida. Después de comer Ollantaytambo es el pueblo que nos acoge con sus andenes hacia el cielo y su mercado artesanal. Tren hacia Aguas Calientes. Mañana subimos a Machu Picchu. Parece que hará bueno. ¡Todo a nuestro favor!.


El lugar reposa ya en la memoria y nos dirijimos a Huaraz, en un intento de colaborar unos días con unas misiones. El entorno es espectacular, rodeado de montañas. Aquí vive la Cordillera Blanca en todo su esplendor. A pesar de ello espero fotografíar más personas que paisajes. Efectivamente, las escuelas y los divertidos niños me ofrecen las mejores sonrisas peruanas de todo el viaje.


La visita al lago Llanganuco rompe lo cotidiano para ofrecerme un paisaje cololosal entre tanta montaña.

Fin de la cooperación y seguimos subiendo hacia el Norte. Destino: Trujillo. Casas coloniales bien coloridas nos dan la mano a cada esquina. Un bonito centro de ciudad para perderse por sus rincones. En los alrededores descubrimos la cultura moche en sus huacas y disfrutamos de un día maravilloso en el pueblo costero de Huanchaco coincidiendo con una competición de surf, su esbelto muelle y sus tradicionales barcas.


Volver a Lima ya supone dejar la cámara en casa para pasear libremente a modo de despedida.
Un nuevo viaje, un primer salto del Pacífico, unas nuevas experiencias, otros modos de vida, unos nuevos recuerdos...