martes, 28 de junio de 2011

Focus on Planet

A finales del año pasado descubrí "Focus on Planet", una comunidad de fotógrafos conscientes de la belleza y fragilidad de nuestro planeta que comparten conocimientos, opiniones, técnicas e inquietudes en una web creada al efecto.


En su espacio se muestran los portfolios de sus miembros estando abierto a las experiencias de otros fotógrafos.

La calidad de aquellos portfolios me motivó para intentar mejorar mis imágenes y pensé que quizás algún día podría formar parte de esta comunidad con mi modesta aportación. Me propuse entonces el objetivo de mejorar a lo largo de este año y, llegado el caso, solicitar mi incorporación a este grupo de fotógrafos.


Finalmente no me he podido resistir a enviar mi solicitud (antes de lo pensado) asi que decidí crear un portfolio natural lo más variado posible que recogiera, en las 21 imágenes que solicitan para la incorporación, temáticas diversas: nocturnas, macro, costa, montaña, abstracta, paisajes, algunos detalles...

Tras la evaluación por los administradores he sido admitido en el grupo y esto me enorgullece enormemente, pues entre los fotógrafos que forman esta comunidad hay gente con un gran nivel y unas magníficas imágenes.

La noticia está AQUI y mi pequeña galería es ESTA.

martes, 14 de junio de 2011

Pasiegos. Muros y Lastras.

Entrar en los valles pasiegos es mirar hacia arriba, elevar los ojos al cielo para divisar las cabañas. Colgadas de insospechadas laderas, desafiantes al suelo y en terrenos escarpados se encuentran estos elementos paisajísticos de piedra y pizarra, cada vez más abandonadas, enfrentándose a los vientos, las lluvias y las nieves, centenarias y aún desafiantes ante el paso del tiempo.

Caminar las crestas pasiegas es mirar hacia abajo, sentirse pequeño ante la gigante naturaleza, dejarse acariciar por el abrumador silencio del viento y ya de paso palpar las arrugas de las piedras, esos muros esculpidos que levantan las cabañas y las típicas “cerradas” que ordenan el territorio “encerrando” los prados para el ganado.

Conocer los pasiegos es imaginar sus manos levantando estos muros de piedra y acarreando lastras para las cabañas. Estas sobrias viviendas llenas de escaseces, de ventanas pequeñas y frías paredes han modelado en sus habitantes no sólo un estilo de vida, sino una personalidad que diferencia del resto, un carácter rudo, noble y luchador, en comunión natural con el entorno, como espejo de las rocas.

Vivir los valles pasiegos es entrar en esos monumentos de piedra. Mientras el ganado se mantiene en la planta baja, la planta de arriba se conserva algo más caliente. El pajar, la cocina y la sencilla habitación ayudan a ello mientras dan cobijo y descanso a la familia, a veces con gran dificultad, pues en ocasiones todavía se vive sin esas comodidades modernas como son la luz o el agua corriente.

Observar los valles pasiegos es detenerse para contemplar sus lastras de arenisca, esas pizarras casi negras que forman la cubiertas extraídas de las mismas montañas pasiegas, esas piedras tan características de estos territorios. Y mirarlas bien es ver las manos, volver a ver las manos; el pasiego sobre el tablazón de madera colocando la siguiente lastra para enlosarla perfectamente, para encajarla sobre la otra y que el viento no se la lleve, para que cubra y no entre la nieve, para resbalar el agua y que en los huesos no penetre…


¡Las arrugadas manos y las frías piedras!

¡Los pasiegos y las cabañas!

¡Los muros y las lastras!